jueves, 21 de marzo de 2013


Escuela Secundaria Técnica #74 Profre.:”Carlos Tijerina Torres”


Hambre, alta tecnología y desigualdad social: Un desafío a inicios del siglo
XXI

Alumna:Vanessa Lizette Rodriguez Garza
Gpo: “C” #29
Maestra:Veronica


Hoy en día vivimos en un mundo don la tecnología está al máximo referente a los cambios e innovaciones pero por otra parte vivimos en un mundo donde inmensas cantidades de personas en el mundo están sometidas a la hambruna extrema, en si miles de personas que sufren por la hambruna mueren cada año esto es lo que se conoce como muerte por inanición.
Respecto a una situación tan alarmante como esta han surgido diversas cuestiones importantes como tales de que si la problemática es surgida por un problema de limitación de la naturaleza o por alguna dificultad de la social, es decir la problemática surge por la disminución de alimentos o por la falta de acceso a estos alimentos en diversas secciones de la población.
Una interrogante más seria si en algunos años a futuro los ecosistemas puedan dar abasto de los alimentos necesarios a la población respecto al ritmo de crecimiento y la pregunta de que si las revoluciones de la tecnología son capaces de contrarrestar este problema o si esta misma pone aúnmás en riesgo la problemática.
Actualmente alrededor de 1000 millones de personas están subalimentadas y lo peor es que en estos últimos años esta cantidad ha aumentado alrededor de un ocho porciento
En el año de 1846 Malthus dio a conocer su opinión respecto a esta temática y su conclusión fue que en algún cierto tiempo la sociedad no tendría los recursos necesarios para subsistir
La conjunción de diversos países junto con sus esfuerzos respecto a documentos de investigación y difusión de nuevas tecnologías agrarias -semillas de alto rendimiento,
Fertilizantes, sistemas de riego, herbicidas y maquinaria resultaros un por ciento de aumento de productos primarios y alimentos, dicho desarrollo de vio reflejado en diversos países cuyos tienen los sistemas agrícolas másdesarrollados por decir el caso de Estados Unidos, La Unión Europea y Canadá.
Tiempo más tarde la distribución de las fronteras que permiten cultivar y también la obtención de productividad aumentaron la producción pero a consecuencia del crecimiento de la población resurgieron aquellas inquietudes de la duda de que si el planeta pueda sostener con diversos recursos este incremento de los alimentos.


Frente a ello, el llamado  “modelo mundial latinoamericano” planteaba que los límites sobre el crecimiento de la hambruna hoy en día noes causa de principalmente de la disposición de estos mismos alimentos sido de la posible accesibilidad ante ellos.
Años después en el año del 2000 algunos integrantes de las Naciones unidas suscribieron a la Declaración del Milenio, en donde se comprometieron a reducir los niveles de extrema pobreza y establecieron una serie de objetivos conocidos como los “Objetivos de Desarrollo del Milenio”, cuyo vencimiento está fijado para 2015 En el marco de una renovación de ideas sobre el problema del hambre, surgieron nuevos conceptos.
Se oficializo el concepto de la seguridad alimentaria y se definió como  “la disponibilidad de alimentos suficiente, estable, autónoma y sustentable en el largo plazo, así como el acceso universal a los alimentos necesarios para el pleno desarrollo de las potencialidades de los individuos”.
Otro concepto es la Soberanía alimentaria que es conocida como  “la facultad de cada Estado para definir sus propias políticas alimentarias y agrarias de acuerdo a metas de desarrollo sustentable y a seguridad alimentaria”. Lo que esto implica reconocer el derecho de los pueblos a
* definir sus propias políticas a partir de sus circunstancias culturales únicas
* dar prioridad a la producción de alimentos a nivel local basada en campesinos y pequeños productores, utilizando sistemas de producción sustentables.
* establecer precios justos para los agricultores y defenderlos de política de precios predatorios
* garantizar el acceso a los recursos naturales por medio de acciones de redistribución, control comunitario de los recursos productivos, protección de las semillas y su libre intercambio -en contra del patenta miento.
 *realizar inversiones públicas significativas.

Es momento de poner en propuesta de analizar este problema…
¿Cómo a mejorando el problema sobre disminución de la hambruna y el aumento alimentario en estos últimos años?


La respuesta es el secreto estuvo en el impacto positivo de la tecnología, materializada en mejores rendimientos por hectárea, la producción de cereales y oleaginosas creció y gracias a esto aumentaron las fronteras cultivitos.
Ahora bien otra interrogante es  ¿eliminó esta poderosa tendencia productivista el hambre en el mundo?
Esta respuesta es menos positiva ya que en una buena parte de la población aun y con el incremento de alimentos  persisten casos de hambruna y mala nutrición y pobreza.
En los últimos años esta situación se ha agraviado como consecuencia una de los principales afectaciones es el aumento de los precios de dichos alimentos, desde el año 2008, debido a los efectos de la crisis mundial, el problema ha aumentado si se consideran las diferencias regionales, mientras que la proporción de la población que sufre hambre en el mundo es algosuperior al 14%, en algunos países de África esa proporción asciende a más del 45%.
De los 963 millones de personas que sufren hambre en el mundo, 907 se encuentran en países pobres o en desarrollo: un 58% en Asia y el Pacífico, un 24% en el África Cereales y oleaginosas Alimentos.

Por lo tanto, a pesar de que en los últimos años ha aumentado la producción de alimentos y la riqueza mundial, el hambre no ha disminuido si no que negativamente ha aumentado.
En algunos lugares del mundo el habrá ya se ha hecho crónico aun teniendo buenas condiciones que permiten la producción agrícola, principalmente es porque va de la mano con la pobreza y a la mala distribución de la riqueza de las naciones.
Por otro lado en diversas partes del mundo hay problemas de obesidad que es resultado de excesos de consumo en algunas zonas enriquecidas por estos recursos.
El mayor consumo de calorías derivado de las mejoras económicas en una parte de la población mundial ha llevado al incremento de personas que padecen obesidad (se estima que alcanzan los mil millones, es decir, un número superior al de personas desnutridas).
Aunque este problema afecta principalmente a los países más ricos en estos recursos, en los últimos años se ha expandido hacia países más pobres donde se convive con el problema de la desnutrición.


Desde 2007 hasta fines del 2008-, se produjeron aumentos de precios sustantivos en una serie de productos primarios que rápidamente agravaron el problema del hambre. Varios analistas coinciden en señalar que este aumento en los precios de las materias primas responde a
* un descenso notable de las existencias de cereales y oleaginosas
*Caídas en algunas producciones por fenómenos climáticos extremos
*altos precios del petróleo
*crecientes usos industriales de las materias primas agrícolas.
*cambios en las pautas de consumo debido al crecimiento de los ingresos y a los procesos de urbanización evidenciados en países como China y la India.
 *especulación en los mercados financieros.

Respecto a esta situación se dedujo  un nuevo concepto llamado “aglutino”, que significa decir inflación en el precio de los productos agrícolas.
Del mismo modo, los hogares pobres tienen que ser compradores de alimentos, aún en zonas rurales donde la agricultura y la producción de alimentos son las principales actividades económicas de la población. Asimismo, diversos especializados en analizar encuentran la existencia de grupos más vulnerables, como las personas sin tierra, los hogares encabezados por mujeres y los niños

La evolución del precio internacional del trigo, el maíz y la soja son condiciones que  indujeron a un incremento en el precio de los “insumos alimentarios” que rápidamente se trasladó a los alimentos finales, los precios crecientes de alimentos afectan con mayor intensidad a los hogares más pobres, tanto urbanos como rurales, ya que son quienes más se gastan su dinero en alimentos: en países pobres los gastos en alimentos promedian más del 50% de los ingresos.

A un año del comienzo de la denominada crisis financiera global, con las iniciales reducciones de precios de algunos productos, la tendencia de fondo parece mantenerse incólume.

Sin embargo, en el poco tiempo de que los precios aumentaron también pinos trae algo bueno, les da a los productores de estos alimentos una mejor ganancia y la mayor parte de dichos productores son de hogares pobres es decir los dueños de las tierras de producción así que el aumento de los precios de los alimentos no está del todo mal ya que gracias a esto estas mismas personas obtienen ingresos y se benefician.
Un factor que afecta la demanda y el aumento de los precios de los alimentos es la materia prima agraria paz biocombustibles y el fenómeno de la urbanización de sociedades masivamente rurales, con también el tema ya hablado de la pobreza a futuro.
Como ya fue dicho, se generan alimentos suficientes para alimentar a toda la población mundial pero, al mismo tiempo, aún sigue y persiste el abre en diversas partes de esta población.
Por lo cual los datos históricos indican que:
* Las cantidades de insumos alimenticios primarios han ido creciendo a lo largo del tiempo por encima de los aumentos poblacionales
*a pesar de los impactos tecnológicos (con innovaciones
Ahorradoras de costos y mejoradoras de productividad), ellos fueron concomitantes
Con incrementos moderados, nominales, en los precios de tales productos: trigo, maíz
Y soja, entre otros
*Los precios de los alimentos crecen más rápido que los de los insumos
 *el número de subalimentados no se reduce, sino que circunstancialmente se incrementa.
Esto lleva a decir plenamente positivo que en buena medida, a los problemas de la
Accesibilidad de los alimentos se originan en los niveles de precios, asociados los
Problemas de la distribución del ingreso.




El tema se agudiza si se considera que las empresas reducen las facilidades sistémicas que permitan su rápida incorporación a la producción
*transporte
*energía
*dominio de las rutinas de proceso productivo por parte de las
Poblaciones nativas actuales, entre otras.

Recursos naturales limitados y presiones poblacionales crecientes  afectan el proceso de  accesibilidad de los alimentos.
Con este marco deprovisiones  de alimentos y considerando la presencia de
Fuertes ramas de la  tecnológicas, productivas, financieras y comerciales a favor de
Sociedades más desarrolladas y la cooperación internacional desempeña un rol clave.

Por un lado, la capacidad de ubicar el problema de la hambruna a nivel mundial, generar información sobre la evolución del problema.
Por otro lado, la cooperación económica, tecnológica y financiera ha resultado un importante rol, peroaún más asociado modificar las causas estructurales del problema.
Sin dejar de tener en cuenta el conocimiento de que las competencias políticas se protegen a sus propios territorios y la importancia que algunas acciones de estos mismos  de asistencia han evidenciado especialmente en épocas de crisis, y mantenemos que los programas para ayuda alimentaria deberían ser mayormente complementados por diversos programas de ayuda para el desarrollo económico, en gran parte, y una mayor y más equitativa integración de los países en desarrollo a la economía y el comercio mundial.

Hambre, alta tecnología y desigualdad social
Un desafío a inicios del siglo XXI
Hugo Cesar Alfaro Salas
“3°C” #:1
En lo escrito se sostenía que, dado que los recursos son limitados, el planeta imponía límites al crecimiento que hacían que el crecimiento exponencial de la población y los productos no fueran sostenibles en el tiempo. Decían que estas dinámicas de crecimiento exponencial llevarían a un progresivo agotamiento de los recursos naturales, al cual seguiría un colapso en la producción agrícola e industrial y, luego, una brusca reducción de la población humana.
Posteriormente, la creciente disponibilidad de alimentos fue acompañada por una regresiva distribución del ingreso, especialmente en sociedades menos desarrolladas, donde se acentuaban los problemas de accesibilidad en simultáneo con la creciente sofisticación en el aprovisionamiento de alimentos: nuevos envases, alimentos industrializados y marcas comerciales, entre otras novedades.
Este informe sostenía, en consecuencia, que la solución debía encontrarse en la generación del crecimiento de la población. En esta interpretación, las dispersiones de ingresos entre países no se tenían en cuenta.
Una mayor producción de granos, carne y leche no se traduce de manera automática en oferta de alimentos disponibles para los consumidores, menos aún si éstos son urbanos. Existe en el medio una larga serie de pasos de transformación industrial, acondicionamiento, concentración, transporte, logística y comercialización hasta llegar a los consumidores.
El estadio siguiente se conforma por quienes desarrollan la agricultura, debiéndose en este caso distinguir entre quienes poseen las tierras y las empresas de producción, ligadas por una muy diversa gama de contratos y acuerdos comerciales, ya que existe un peso creciente de la agricultura bajo contrato.
La necesidad de establecer en las agendas políticas mundiales la lucha contra el hambre también cobró impulso. En el año 1996, se realizó en Roma la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, como respuesta a la persistencia de una desnutrición generalizada y a la preocupación creciente sobre la posibilidad de que la agricultura pudiera cubrir las necesidades futuras de alimentos. Además se construyó un foro para el debate sobre la eliminación del hambre.
A su vez, en el contexto de críticas mundiales a los procesos de globalización, organizaciones campesinas introdujeron el tema de soberanía alimentaria. Planteado como un tema superador, la soberanía alimentaria es entendida como la facultad de cada Estado para definir sus propias políticas alimentarias y agrarias de acuerdo a metas de desarrollo sustentable y a seguridad alimentaria.
Esto implica reconocer el derecho de los pueblos a definir sus propias políticas a partir de sus circunstancias culturales únicas, dar prioridad a la producción de alimentos a nivel local basada en campesinos y pequeños productores, utilizando sistemas de producción sustentables, establecer precios justos para los agricultores y defenderlos de política de precios predatorios.
Por eso, pese a que en los últimos años ha aumentado la producción de alimentos y la riqueza mundial, el hambre no sólo no ha disminuido, sino que ha crecido.
En algunas regiones del mundo, el hambre crónico que persiste aún con buenas condiciones climáticas para la producción agrícola es, fundamentalmente, un problema asociado a la pobreza y a la mala distribución de la riqueza entre y dentro de las naciones, en un sistema con inequidades e ineficiencias en la distribución de los alimentos o en las políticas.
El mayor consumo de calorías derivado de las mejoras económicas en una parte de la población mundial ha llevado al incremento de personas que
padecen obesidad. Aunque este problema afecta principalmente a los países más ricos, en los últimos años se ha expandido hacia países más pobres donde convive con el problema de la desnutrición.
También es algo diferente la tecnología, desde la revolución verde a la revolución biotecnológica, está en condiciones de borrar el problema o si no por el contrario, su propia conformación la convierte en parte del problema. Algunas de estas preguntas son de larga respuesta, otras más recientes, pero en ambos casos las respuestas tienen lugar en un contexto económico, productivo, tecnológico y social que ha cambiado significativamente a lo largo de las últimos años.
A ello se sumó una creciente sofisticación de los alimentos como bienes finales, a partir de la diferenciación y la certificación, entre otros procesos. Sin embargo, una mayor cantidad disponible y la consecuente conformación de mínimas reservas de seguridad no implicaron borrar el problema.
En ambos planos la presencia pública juega un rol vital, principalmente si mantiene una visión estratégica en los procesos de intervención que se extienda más allá del asistencialismo puntual y de corto plazo y lleva a cabo una efectiva coordinación de políticas incluidas las de cooperación internacional tendientes a cambiar las condiciones en el aprovisionamiento y la accesibilidad a los alimentos básicos.
Por otro lado, la distribución del ingreso no mejoró sustantivamente, lo que ha afectado negativamente la accesibilidad, especialmente en los segmentos poblacionales menos favorecidos. Consecuentemente, el problema global del hambre no sólo sigue valido, sino que
se ha vuelto más complejo y más grave. Examinaran estos temas en los siguientes trabajo, comenzando por la identificación de la magnitud, pasada y reciente, del problema.
Aquí la tecnología aparecía como la llave maestra para la solución del problema de la disponibilidad; en menor medida se consideró la distribución del ingreso como un limitante. Se sostenía que la producción agrícola no podría abastecer plenamente los requerimientos alimentarios porque en los países con sistemas agrícolas avanzados los rendimientos habían alcanzado un límite y estaban en uso todas las superficies cultivables de mejor calidad.
El desarrollo y la inicial difusión masiva se registraron en los países con sistemas agrícolas más desarrollados: Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea. Sin embargo, bajo la lógica que consideraba a la tecnología como un bien público y con ello sustentaba la propuesta en marcha de múltiples instituciones públicas en la materia, el modelo se trasvasó a varios países en desarrollo.
La crisis financiera, aunque derivó en reducciones sustantivas en algunos precios, no se reflejó aún con idéntica magnitud en el mercado de los alimentos. A un año del comienzo de la denominada crisis financiera global, con las iniciales reducciones de precios de algunos productos, la tendencia de fondo parece mantenerse incólume.
Ello lleva a presumir que el incremento evidenciado en los últimos años en el número de personas subalimentadas responde, en buena medida, a los problemas de accesibilidad.
En este plano, las mayores restricciones para el acceso a las canastas alimenticias adecuadas se originan en los niveles de precios, asociados a la mayor complejidad de la estructura de aprovisionamiento, y en los legendarios problemas de regresión en la distribución del ingreso.
Una primera aproximación, tanto al análisis como a la eventual solución del problema, identifica dos segmentos de aprovisionamiento: por un lado, la gran agricultura comercial alimentos crecientemente sofisticados, por el otro,
la pequeña agricultura familiar, también conocida como de subsistencia. La relevancia cuantitativa lleva a centrarnos en el primero de los canales, sin dejar de señalar la importancia cualitativa de la restante.
Se trata de estructuras productivas muy heterogéneas, generalmente desconcentradas y dispersas territorialmente. Sus producciones ingresan al mundo industrial y comercial de diversas maneras. Si se trata de productos cuyo consumo no demanda transformación industrial frutas y verduras, entre otros, la figura del concentrador cobra relevancia en función de homogeneizar productos, lograr escalas y regular el acceso al mercado.
A grandes rasgos, la desconcentración en la etapa primaria tiene como contrapartida la concentración en la transformación industrial. En este contexto, el acceso a las grandes inversiones, los sistemas de patentes, el control de las marcas y la existencia de barreras a la entrada de nuevos consumidores son claves para captar parte de las rentas generadas a lo largo del proceso.
A poco de andar, el original sistema de comercialización desarrollado para segmentos poblacionales de alto y medio poder adquisitivo viró hacia los estamentos menos favorecidos con segundas marcas, productos genéricos o menos complejos. Al igual que en la provisión de insumos para la actividad primaria y la industria, esta etapa se ha tornado crecientemente innovadora y, como tal, partícipe en la formación de precios.
Otros mecanismos comerciales más complejos, como las ventas electrónicas y los canales personalizados de ventas al consumidor, operan en idéntica dirección.
Si bien quedan confinados a lo local, no escapan a las lógicas de captación de rentas de algún segmento concentrado a lo largo de la cadena productiva. Finalmente, y de manera muy agregada, existen cadenas que operan abasteciendo distintos mercados en base a materia prima proveniente de diversas geografías, modelos estandarizados de acopio, acondicionamiento y
distribución universales. Se trata de las denominadas Cadenas Globales de Valor a las que se aludió previamente.
En este sentido, es válido analizar ciertos factores que son clave para el futuro de las cadenas de provisión de alimentos. Ya que la complejidad introduce precios más elevados, cabe señalar que en estas redes de aprovisionamiento existen temas que son objeto indudable de las políticas públicas y que hacen al funcionamiento de las relaciones costos-precios y a la complejidad del aprovisionamiento de alimentos, lo que a su vez genera obstáculos en el acceso a ellos por parte de los consumidores.
La disponibilidad de agua de riego en el futuro que se cree se verá afectada fuertemente por el cambio climático y que generará corrimientos de zonas agro-ecológicas es un factor de relevancia en la determinación de las posibilidades futuras de producción, ya que puede inducir nuevas limitaciones, particularmente a niveles locales.
El desarrollo de esta actividad se asienta en el uso de varios bienes públicos que habitualmente no son contemplados en los cálculos económicos que motorizan las actividades privadas. Ello podría hacer fracasar los esfuerzos destinados a lograr mejoras distributivas y reducción de la pobreza y el hambre, siguiendo estrictas reglas de mercado. El cuidado del ambiente es una de las metas estratégicas que deberían seguirse para solucionar los problemas del hambre, la pobreza y la producción de alimentos.
Pese a que vivimos en un mundo dominado por las comunicaciones globales, el tema no está presente cotidianamente en la pantalla informativa ni tiene la suficiente atención en las agendas académicas y políticas, lo que lleva a una pregunta relevante como paso previo a su solución: más allá de los propios afectados.
A las sociedades involucradas directamente se suman otras que, excedentarias en alimentos, tratan de paliar la situación vía la cooperación internacional. Otro costado de las acciones se desarrolla a través de una infinidad de organizaciones, desde aquellas centradas en las religiones hasta las ONG sustentadas por la filantropía. Complementariamente, un conjunto de instituciones globales relevan y estatuyen el problema a escala planetaria y, buscan formas de soluciones.
Recursos naturales limitados y presiones poblacionales crecientes ubican, al igual que cinco décadas atrás, el epicentro de las soluciones en la tecnología, sólo que ahora se suma una conformación que registra un peso mucho más relevante de lo privado en su generación y difusión, y con ello en la apropiación de sus resultados.
Es posible que la tecnología sea una poderosa herramienta para contribuir positivamente a una disponibilidad de alimentos compatible con el crecimiento poblacional. Sin embargo, la propia conformación de las ofertas tecnológicas y de los procesos que van desde la materia prima a los alimentos terminados conlleva un tramado de empresas y organizaciones que, búsqueda de lucro mediante, no garantizan ni la sustentabilidad ambiental ni la accesibilidad masiva de los estamentos de consumo jaqueados hoy por el hambre.
Es necesario perseguir el desarrollo de un sistema sustentable tanto en términos sociales y económicos como ambientales que tenga como objetivos simultáneos un proceso de redistribución del ingreso y de inclusión, así como el cuidado de los recursos naturales.
El desafío de lograr una redistribución del ingreso y de las mayores cantidades producidas de alimentos que permita superar las situaciones de pobreza y desnutrición necesariamente debe ir acompañado de otro desafío que implica promover y sostener la sustentabilidad ambiental, de modo de no poner en peligro la alimentación y el bienestar de las generaciones futuras.
Este panorama obliga a un enfoque integral del problema en distintas facetas: productiva, tecnológica, comercial y fundamentalmente política. Es necesaria la puesta en marcha de iniciativas unificadoras globales en los máximos foros internacionales con el mismo o mayor énfasis que el otorgado hoy en día a cuestiones económicas como la actual crisis financiera internacional.
La primera forma tiene como objetivo mejorar en precios y cantidades las ofertas de alimentos, mientras que la segunda apunta a los indigentes con programas de asistencia directa. En algunos casos ello se inscribe en programas nacionales específicos para combatir el hambre, mientras que en otros, en cambio, se difuminan en una amplia gama de acciones con múltiples objetivos que a menudo desdibujan el objetivo inicial.
Una mayor democratización de la economía facilitaría no sólo la disponibilidad sino también el creciente acceso al consumo. En el segundo, se hace imprescindible contar con una doble política de asistencialismo directo y mejora en la distribución del ingreso

Trabajo de Tomas


Escuela Secundaria Técnica Num.74
“Profr. Carlos Tijerina Torres”

Hambre, alta tecnología y desigualdad social.

Nombre: Tomás Morales Chávez.
Grado: 3°          Grupo: “C”
N.L: 22

Viejas preguntas, ¿futuras respuestas?
Miles de seres humanos mueren cada año de inanición. Ante un contraste tan dramático surgen interrogantes elementales. ¿Se trata de un problema de disponibilidad de alimentos o de una distribución regresiva del ingreso que impide a  determinados segmentos sociales acceder a ellos? Y también, ¿Acaso nosotros estamos ayudando a que termine la inanición? La respuesta, No. Por ejemplo, muchos, más bien, la mayoría de los países de África sufren de inanición, pobreza, entre otras cosas.
Algunas de estas preguntas son de larga respuesta, pero en ambos casos las respuestas tienen lugar en un nivel económico, productivo, tecnológico y social que ha cambiado significativamente a lo largo de las últimas décadas.
Consecuentemente, el problema global del hambre no sólo sigue vigente, sino que se ha tornado más complejo y más grave.
El problema del hambre: El ayer y el hoy.
Las formas de aprovisionamiento de alimentos son temas que han preocupado a la sociedad desde tiempos remotos. Desde mediados del siglo XX, el problema del hambre fue visto como una batalla entre la producción de alimentos y el crecimiento de la población. Aquí, la tecnología aparecía como la llave maestra para la solución del problema de la disponibilidad.
Se decía que la endeble producción agrícola no podría abastecer plenamente los requerimientos alimentarios porque en países con sistemas agrícolas avanzados los rendimientos habían alcanzado un límite y estaban en uso todas las superficies cultivables de mejor calidad. Entendiendo mejor, la investigación agraria comenzó a considerarse esencial y pasó a tener cierta relevancia en las agendas públicas, como respuesta a la problemática de la alimentación mundial.

Los esfuerzos conjuntos de diversos países e instituciones en materia de investigación y difusión de nuevas tecnologías agrarias —semillas de alto rendimiento, fertilizantes, herbicidas y maquinaria— derivaron en un aumento de la producción de productos primarios y de alimentos.
Tiempo más tarde, el desplazamiento de las fronteras cultivables y una mayor productividad elevaron la producción, pero debido al crecimiento poblacional comenzaron a generarse nuevas inquietudes sobre la capacidad del planeta para sostener con sus recursos finitos la creciente producción de alimentos.
En 1972, poco antes de la crisis del petróleo, fue publicado el Informe sobre los límites del desarrollo, donde se realizaron estimaciones sobre el crecimiento de la población, el crecimiento económico y la evolución de lo que denominaban la “huella ecológica” de la población en la tierra para los siguientes cien años. En este informe se sostenía que el planeta imponía límites al crecimiento que hacían que el crecimiento exponencial de la población y el producto no fueran sostenibles en el tiempo. La conclusión del informe de 1972 fue la siguiente: si el actual incremento de la población mundial, la industrialización, la contaminación, la producción de alimentos y la explotación de los recursos naturales se mantiene sin variación, alcanzará los límites absolutos de crecimiento en la Tierra durante los próximos cien años.
No obstante, la disponibilidad de alimentos fue acompañada por una distribución del ingreso, especialmente en sociedades menos desarrolladas, donde se acentuaban los problemas de accesibilidad en simultáneo con la creciente sofisticación en el aprovisionamiento de alimentos: nuevos envases, alimentos industrializados y marcas comerciales, entre otras novedades.
Esta situación generó la reacción de un grupo de científicos latinoamericanos, en el marco de la Fundación Bariloche, cuya posición crítica fue plasmada en el Modelo Mundial Latinoamericano.



Esta crítica apuntaba, a que el modelo del Instituto Tecnológico de Massachusetts (Massachusetts Institute of Technology) atribuía el subdesarrollo y la pobreza —y con ello el hambre— a la superpoblación de los países en vías de desarrollo, así intentaba demostrar que los límites al crecimiento tenían un carácter físico.
Hacia la década del noventa, los estudios comenzaron a mostrarse más optimistas respecto al futuro, basados en la capacidad de la tecnología para resolver los problemas del presente, aunque enfatizando en la necesidad de lograr un desarrollo sustentable en términos ambientales, y la necesidad de establecer en las agendas políticas mundiales la lucha contra el hambre también cobró impulso. Últimamente, en el mundo muchos países hacen conciencia de lo que está pasando, así que los gobernantes de cada país que ayuda manda damnificados a los países que se encuentran en nivel de pobreza y también de desnutrición, tal como paso después del terremoto que hubo en Haití.
En un marco de ideas sobre el problema del hambre, surgieron nuevos conceptos. En la Cumbre Mundial de la Alimentación de 1996, la FAO oficializó el concepto de seguridad alimentaria, en el cual se definió como “la disponibilidad de alimentos suficiente, estable, y sustentable en largo plazo, así como el acceso universal a los alimentos necesarios para el pleno desarrollo de los individuos”
Esto implica reconocer el derecho de los pueblos a:
·        Definir sus propias políticas a partir de sus circunstancias culturales únicas.
·        Dar prioridad a la producción de alimentos a nivel local basada en campesinos y pequeños productores, utilizando sistemas de producción sustentables.
·        Establecer precios justos para los agricultores y defenderlos de política de precios predatorios.
·        Garantizar el acceso a los recursos naturales por medio de acciones de redistribución, control comunitario de los recursos productivos, protección de las semillas y su libre intercambio en contra del patentamiento.
·        Realizar inversiones públicas significativas.

A partir de todo lo que hemos visto, es tiempo de ver el problema, ¿Como evolucionó el problema de la alimentación en los últimos 50 años? Si bien la superficie cultivada creció muy lentamente, la producción de alimentos, lo hizo mucho más rápidamente.
El secreto estuvo en el impacto positivo de la tecnología, materializada en mejores rendimientos por hectárea. Por lo tanto, pese en los últimos años ha aumentado la producción de alimentos, el hambre no sólo ha disminuido, sino que ha crecido.
En regiones del mundo, el hambre crónico es, principalmente, un problema asociado a la pobreza y a la mala distribución de la riqueza entre/dentro de las naciones, en un sistema con ineficiencias en la distribución de los alimentos y en las políticas. Como fue señalado, se generan alimentos suficientes para alimentar a toda la población mundial pero, al mismo tiempo, persiste el hambre en parte importante de ella.
Lamentablemente, con los problemas derivados del consumo insuficiente de alimentos, se observan excesos de consumo en algunas zonas favorecidas (como Estados Unidos, China) que son lugares en el que hay mucha riqueza y también, principalmente, mucha comida y muchos restaurantes, no se preocupan por otros países que son pobres. Vale la pena hacer una nota adicional al problema. A partir de la situación estructural, en los últimos años (especialmente desde 2007 hasta fines del 2008), se produjeron aumentos de precios sustantivos en una serie de productos primarios que rápidamente agravaron el problema del hambre.
Aunque la crisis financiera, aunque derivó en reducciones sustantivas en algunos precios, no se reflejó aún con idéntica magnitud en el mercado de los alimentos. Más allá de los precios, persisten algunas de las causas, como vienen siendo el uso de materia prima agraria para biocombustibles o el fenómeno de la urbanización de sociedades masivamente rurales, que afectarán la demanda y los precios de los alimentos, así como también el tema de la pobreza a futuro.
Ello lleva a presumir que el incremento evidenciado en los últimos años en el número de personas subalimentadas responde, en buena medida, a los problemas de accesibilidad.


Producción y abastecimiento de alimentos industriales.
Una mayor producción de granos, carne y leche no se hace de una manera automática en oferta de alimentos disponibles para los consumidores, menos si vienen siendo urbanos. Existe en el medio una larga serie de pasos de transformación industrial, acondicionamiento, concentración, transporte, logística y comercialización hasta llegar a los consumidores.
Como un problema, el precio pagado por los consumidores refleja cada una de estas etapas con sus rasgos dominantes: existencia de barreras tecnológicas, controles estatales y escalas productivas.
Una alternativa se refiere a aquellas materias primas que requieren un proceso de transformación (trigo, maíz, cacao, café) que por lo general están sujetas a las reglas industriales.
Recientemente, la fase comercial ha cobrado una inadecuada relevancia. De la mano de cadenas de distribución, varias de ellas de cobertura global, se establecen mecanismos desde distintas geografías, con marcas propias y gigantes sistemas de abastecimiento, nuevos conceptos comerciales (el arrendamiento de los espacios en góndola y la tercerización de actividades) y un uso difundido y crítico de las tecnologías de la información: desde los códigos de barra hasta los sistemas de abastecimiento en línea.
De esta forma, si se tiene mayor disponibilidad de materias primas viene siendo aspecto de un problema. Para lograrlo y convertirlas en alimentos, se necesita de una larga serie de etapas de transformación. No obstante, el marco general puede darse distintas configuraciones, cada una de las cuales afectará el precio que percibe el persona que lo consume, a partir del cual se define la accesibilidad a los alimentos.
Buena parte de los estratos de pobreza mundial, se ubican y tienen como epicentro severos problemas de distribución inicial en tierras y derechos de propiedad.


Sin embargo, es válido analizar ciertos factores que son clave para el futuro de las cadenas de provisión de alimentos. Hay aquí algunos factores.
·        Estructuras de mercado. En varias de las actividades existen fuertes concentraciones empresarias que se expresan en mercados poco competitivos y, consecutivamente, precios alejados de los costos unitarios.

·        Tecnología e innovaciones. Los alimentos se han tornado complejos rápidamente desde el punto de vista tecnológico, con su consecuente impacto sobre los niveles de precios.

·        Sustentabilidad. La expansión reciente y potencial de la producción de insumos agroindustriales necesariamente presiona sobre recursos naturales finitos.

Ha habido muchos problemas agronómicos presentes en diversas regiones, como la erosión del suelo, la pérdida de biodiversidad y la contaminación del agua, etc, pueden reducir, a futuro y de manera irreversible, la producción agrícola y, llevar con ello, la capacidad de generar los alimentos necesarios para alimentar a la población creciente.
Aunque, la creciente de población nuevamente reedita los dilemas de la década del sesenta y sus modernas preocupaciones maltusianas, ahora por alimentos y usos industriales de la materia prima.
Sin embargo, existen varias líneas de acciones que coinciden en la mejora de los rendimientos, antes que en la expansión de la frontera productiva:
·       Trabajar sobre la biología de las plantas para modificar genéticamente las tasas de conversión de energía que toman del ambiente.
·        Alterar la conducta de las plantas a fin de adaptarlas a las condiciones actualmente poco favorables de los suelos “marginales” y de las perturbaciones ambientales.
·        Mejorar biológicamente la calidad de los suelos, adaptándolas a las plantas y a los  animales.
·        Modificar contenidos de vegetales y animales a fin de mejorar las características de los alimentos.
Así como en el pasado la disponibilidad de alimentos crecía a una tasa superior a la mejora en los niveles de ingresos menos favorecidos, la actual complejidad tecnológica en el aprovisionamiento de los alimentos tampoco es acompañada por una mejor distribución del ingreso.
Puntos de partida para una agenda política.
A pesar de que vivimos en un mundo dominado por las comunicaciones globales, este tema no está presente cotidianamente en la pantalla informativa ni toma la atención en las agendas académicas y políticas, lo que lleva a una pregunta relevante como paso previo a su solución: ¿de quién es, institucionalmente, el problema del hambre?
Primeramente, el hambre no es un problema individual sino un desafío colectivo para el conjunto de grupos sociales y sobre todo, de países. Se trata de resolver soluciones en cada uno de los planos específicos.
La gravedad del problema y la urgencia por hallar soluciones sustentables en el largo plazo exige la generación de una conciencia  colectiva, la cual, por lo menos inicialmente, debería intentarse a través de la cooperación internacional. Como por ejemplo, en los países ricos hay mucha comida y alimentos, y sin embargo, otros países no sienten lastima que en otros países no consuman alimentos, como los países con nivel económico alto.
Una primera conclusión revela entonces que “el ámbito” de solución del problema se encuentra altamente fragmentado y se está debilitando la percepción del dramatismo y realismo que alcanza. A menudo, la seguridad mundial, algunas enfermedades, ocasionales desastres naturales y otros temas similares desplazan el foco de atención.


Una segunda conclusión indicaría que, a nivel país, además del tema de los recursos involucrados y mas allá de la existencia de planes globales, existe amplia cantidad de iniciativas implementadas por múltiples institucionalidades con poca persistencia temporal y un marcada descoordinación entre políticas enfocadas en la oferta respecto de las demandas.
Pero la verdadera conclusión es que este problema no es de los últimos años, este problema se a llevado muchos años atrás, lo que hace a que varios países ricos se olviden y mucho peor, que se olviden de los países que no tiene dinero ni alimentos que consumir